La muerte del exprimer ministro de la India Manmohan Singh (1932-2024), este jueves, logró lo que está al alcance de pocos en esta nación: aunar por unos instantes a la escena política india, lo que evidencia el notable papel que tuvo en vida, especialmente para el progreso económico del país.
Singh, que murió a los 92 años en el hospital AIIMS de la capital india por “problemas médicos relacionados con la edad”, según el centro hospitalario, se convirtió en 2004 en el primer ministro de rebote, cuando accedió al cargo sin haberse presentado a las elecciones generales.
La ganadora de esos comicios fue la líder del histórico Partido del Congreso (INC), Sonia Gandhi, quien cedió a Singh, miembro de su formación, el cargo de jefe del Ejecutivo indio.
No obstante, Singh venía amparado por cinco años como jefe de la oposición y un pasado brillante como ministro de Finanzas entre 1991 y 1996, por lo que hoy es mejor recordado.
EL PRIMER JEFE
Nacido en la región de Punjab Occidental (actual Pakistán) en 1932, Singh se convirtió en 2004 en el primer miembro de la minoría religiosa ‘sij’ en convertirse en jefe de Gobierno de la India.
Su primera legislatura se saldó con un bagaje positivo gracias al crecimiento económico del país –del 8,5 % de media– y a la promulgación de algunas leyes, como la Ley de Derecho a la Información –que permitieron a cualquier ciudadano reclamar datos gubernamentales–, vistas con buenos ojos.