La milicia chií de Hizbulá sufrió este miércoles una segunda oleada de explosiones simultáneas en aparatos inalámbricos de comunicación, con un saldo total de al menos 26 fallecidos, mientras el Gobierno israelí que lidera Benjamín Netanyahu da por hecho que la guerra ha entrado en una “nueva fase” y prepara a su Ejército en el norte con planes de “ataque y defensa”.
Los incidentes sin precedentes de las últimas 24 horas han vuelto a disparar los miedos al estallido de una guerra abierta en el Líbano, contra el que Israel ya había intensificado su retórica en los días anteriores, insistiendo en la necesidad de acabar con la presencia de Hizbulá en la frontera.
Este miércoles, y por segundo día consecutivo, volvieron a registrarse en diferentes puntos del Líbano numerosas explosiones que esta vez afectaron sobre todo a aparatos de radio como “walkie-talkies”, a diferencia de los buscapersonas atacados el día anterior.
La Defensa Civil libanesa informó en un comunicado de que sus equipos participaron en la extinción de incendios desencadenados en decenas de inmuebles y vehículos a causa de las detonaciones de “aparatos inalámbricos y lectores de huellas dactilares”, que causaron sólo hoy 14 muertos, que se suman a los 12 registrados el martes, en cifras todavía provisionales.
Además el ministro de Salud Pública libanés, Firas Abiad, afirmó en rueda de prensa que cerca de 300 personas heridas en las explosiones del martes se encuentran en estado crítico, mientras que cerca de 460 han sido sometidos a cirugías principalmente en las manos.
El titular recordó que entre esas primeras víctimas también hay civiles, incluidos dos niños que perdieron la vida.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ya había avisado en una visita a las tropas de la fuerza aérea que el país se dirige a una “nueva fase” de la guerra en Gaza, a medida que despliega más fuerzas y recursos en la frontera con Líbano.