
Perú vivió el sábado otra jornada de protestas con marchas y cacerolazos en rechazo al gobierno de Manuel Merino, el jefe del Congreso que asumió como presidente el martes luego de que el Parlamento destituyera a Martín Vizcarra en un polémico juicio relámpago.
Miles de indignados, en su mayoría jóvenes menores de 25 años, se lanzaron a las calles en varias ciudades para pedir la renuncia de Merino, en rechazo a lo que consideran un golpe parlamentario.
La mayor marcha atrajo en Lima a miles de personas que convergieron desde distintos puntos de la capital en la plaza San Martín, epicentro de protestas en la zona histórica de la ciudad.
La policía recurrió otra vez a gases lacrimógenos y gases pimienta lanzados desde helicópteros para dispersar a manifestantes que amenazaban con marchar hacia la sede del Congreso.
Los jóvenes llevaban carteles con lemas como “Merino, no eres mi presidente”, “Merino impostor”, “Perú despertó”, y avanzaron por las calles al ritmo de batucadas y cánticos.
Las autoridades municipales de Lima, cuyo alcalde pertenece al mismo partido que Merino, Acción Popular (centroderecha), apagaron el alumbrado público de la plaza San Martín cuando el recinto se colmaba. La señal de internet también se apagó para evitar comunicaciones.
Tanquetas militares circularon por las inmediaciones de un centro comercial del de San Miguel.
El Presidente de la asamblea epicospal instó al gobierno a dialogar y respetar el derecho de protesta de la población.
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