"En menos de cinco minutos se inundó todo", contó un comerciante de la ciudad italiana de Ventimiglia, que sufrió la impresionante crecida del rio Roya a causa de las lluvias que devastaron poblados enteros en la frontera entre Italia y Francia.
Las inundaciones dejaron pueblos del noroeste de la península italiana sin puentes ni carreteras y desató angustia e incertidumbre entre los habitantes después de meses de duro confinamiento por el coronavirus que arruinó la economía local.
"La noche del viernes nos dimos cuenta de que el río estaba muy alto. Vine con mi papá y cuando llegamos el agua había subido ya 10 centímetros. En cinco minutos lo inundó todo", asegura a la AFPTV Luca Vescoli, gerente de un supermercado, mientras limpia su local cubierto por el agua y el barro.
Vescoli calcula que perdió unos 60.000 euros en equipamiento y mercancía.
Desde 1994, cuando las inundaciones causadas por los ríos Po y Tarano causaron la muerte de 70 personas y dejaron daños materiales considerables en el norte de Italia, no se registraban torrentes de agua y barro de esa magnitud.
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