Las proyecciones de las autoridades sanitarias de Sudáfrica, el país de África más afectado por la epidemia de COVID-19, anticipan que, en el escenario más pesimista, el coronavirus habrá causado de aquí a noviembre, cerca de 50.000 muertes y unos 3,6 millones de contagios.
Los modelos predictivos sudafricanos, presentados este jueves por el Ministerio de Salud y diferentes equipos de expertos durante un simposio virtual, anticipan que el pico de casos ocurrirá entre finales de julio y el mes de agosto, con más de un millón de casos activos.
Estas proyecciones están sujetas a un alto nivel incertidumbre, pero no resultan muy esperanzadoras después de las duras medidas de confinamiento que Sudáfrica lleva aplicando desde finales de marzo.
La necesidad de camas de UCI excedería ya en junio la capacidad disponible -se estima que Sudáfrica cuenta con unas 3.300 para una población de casi 58 millones, uno de los mejores ratios del continente-, y durante el pico de casos la demanda podría llegar a ser hasta diez veces mayor que la capacidad del sistema sanitario.
Los modelos hablan incluso de un total de casos acumulados hasta noviembre de hasta 14 millones, si bien un alto porcentaje (75 %) serían asintomáticos o contagios no comprobados en un laboratorio.
Los casos sí comprobados científicamente -también con cifras acumuladas hasta el mes de noviembre- llegarían solo hasta 3,6 millones de personas.
Hasta ahora, Sudáfrica ha contabilizado 19.137 casos y 369 muertes, y es el país de África en el que la pandemia de COVID-19 se encuentra más avanzada.
Pese a las duras medidas de confinamiento impuestas de forma temprana, la lenta desescalada actual y la estrategia de test masivos, Sudáfrica está experimentando una aceleración de la epidemia, con casi un millar de casos nuevos a diario, sobre todo, en la región de Cabo Occidental (donde está Ciudad del Cabo). Se trata de una zona del país que tiene clima templado y entra ahora en el invierno del hemisferio sur.
En general, África no está viviendo los aumentos explosivos de los contagios que se vieron en Europa y Estados Unidos, gracias en gran medida a las reacciones rápidas y drásticas de la mayor parte de sus gobiernos, sabedores de sus frágiles sistemas sanitarios.
A nivel continental, a Sudáfrica le sigue Egipto, con 680 muertes y algo más de 14.200 positivos, mientras que Argelia, Marruecos y Nigeria quedan por detrás con cifras en torno a los 7.000 casos.
En total, a fecha de 20 de mayo, África suma algo más de 95.000 contagios y alrededor de 3.000 muertes.
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