
La tensión en Hong Kong sigue en aumento después de que las autoridades locales cancelaran ayer todos sus vuelos ante la ocupación del aeropuerto internacional por miles de manifestantes al tiempo que Pekín dijo ver "señales de terrorismo" en la "violencia extrema" registrada en las protestas.
Las autoridades de Hong Kong cancelaron todos sus vuelos después de que más de 5.000 manifestantes ocuparan la terminal del aeropuerto internacional de la ciudad por cuarto día consecutivo.
Asimismo, el organismo urgió a los pasajeros a que no acudan al aeropuerto a menos que se hayan confirmado sus vuelos.
De acuerdo con la prensa local, los manifestantes que se congregaron en el aeropuerto lo hicieron para protestar contra el uso de la fuerza por la Policía durante el pasado fin de semana, cuando hubo graves enfrentamientos como los constatados en una estación de metro donde agentes antidisturbios dispersaron a la multitud con gas lacrimógeno.
La represión ocasionó 45 heridos, según los medios locales, que resaltan que una persona fue herida en un ojo en la zona de Tsim Sha Tsui, lo que hizo que muchos manifestantes cubrieran sus ojos con parches en señal de protesta.
Según personal del hospital, la persona herida necesitará una prótesis ocular y probablemente una reconstrucción facial.
Los manifestantes portaron carteles con mensajes como "Hong Kong no está a salvo de la Policía" y denunciaron que los efectivos policiales dispararon gas y bolas de goma a muy corto alcance, incumpliendo los estándares internacionales.
William Giles, socio de una firma de abogados en Hong Kong que planeaba volar al Reino Unido para tratar "problemas familiares urgentes", comentó que la medida le cogió por sorpresa y culpó al Gobierno hongkonés del caos.