El Gobierno argentino de Mauricio Macri definió ayer nuevas metas económicas y se reestructuró ante la difícil situación que atraviesa el país por la inestabilidad del tipo de cambio y la incertidumbre en los mercados, una crisis que además les llevará a renegociar el crédito que tenían con el FMI.
El presidente habló en un mensaje grabado por la mañana y aseguró que implementará un cambio "de raíz" en su senda, marcada desde el inicio de su gestión por el llamado gradualismo económico a la hora de acometer reformas y que agrega ahora una apuesta por el rápido equilibrio fiscal y ajustes en un Gobierno que pasa de 19 a 10 ministerios antes de entrar en año electoral. "Le pedimos al mundo que nos apoyara con un cambio gradual, y es muy positivo que lo hizo desde el principio. El mercado también lo hizo durante dos años", dijo Macri antes de referirse a complicaciones que estaban "fuera del control" del Gobierno y que, según dijo, generaron la coyuntura actual en Argentina.
El aumento del precio del petróleo y de las tasas de interés, la denominada "batalla comercial" entre China y Estados Unidos e incluso el reciente escándalo por supuestos sobornos en los Gobiernos kirchneristas (2003-2015), que "afecta a la imagen del país y genera más dudas", fueron algunos de los problemas que señaló Macri en su mensaje.
Este plan de contención llega tras una semana en la que la moneda del país suramericano cayó 21 % frente al dólar y acumuló un desplome del 34 % en agosto y del 98 % en el año, situación que generó preocupación entre la población argentina y de la que Macri aseguró ser consciente.