
La ONU anunció ayer una revisión de su plan de respuesta a la crisis humanitaria en Birmania y solicitó a los donantes un total de 434 millones de dólares para aumentar el apoyo a los refugiados rohinyás desplazados a Bangladés.
La organización, que había lanzado un plan más modesto a principios de septiembre, lo ha actualizado para adaptarlo a las crecientes necesidades sobre el terreno.
Desde el 25 de agosto, unos 509.000 refugiados rohinyás han llegado a Bangladés, donde ya se encontraban otros 300.000 miembros de esta minoría musulmana que habían huido previamente de Birmania. El objetivo de la ONU bajo este plan es dar ayuda a 1.2 millones de personas, tanto a refugiados como a las comunidades que los han acogido, explicó en su conferencia de prensa diaria el portavoz Stéphane Dujarric.
La organización, a través de su Fondo Común de Respuesta a Emergencias, anunció también ayer una aportación adicional de 12 millones de dólares para apoyar la construcción de campamentos para los nuevos refugiados. La crisis en Birmania arrancó a finales de agosto con una operación militar del Ejército en respuesta a un ataque contra puestos policiales perpetrado por un grupo de insurgentes rohinyás.