
La compleja maquinaria de transición presidencial en EE.UU. entra en una fase clave con el nombramiento de los primeros equipos que aterrizarán en las oficinas públicas, mientras Donald Trump sigue con sus cábalas. Entretanto, las protestas continúan en distintas ciudades de Estados Unidos.
Portavoces de Trump ofrecieron ayer detalles de una serie de personas que formarán los "equipos de aterrizaje" que serán nombrados desde hoy y hasta la semana que viene con el fin de "comenzar a facilitar la transición".
El portavoz Sean Spicer informó que ayer se estaba enviando a la Casa Blanca la lista de una serie de personas que se incorporarán en las oficinas del Departamento de Defensa, del Departamento de Estado, del Departamento de Justicia y el Consejo de Seguridad Nacional.
Los nombres de estas personas no serán difundidos hasta hoy viernes, agregó Spicer, también estratega jefe del Comité Nacional Republicano.
El lunes 21 habrá otra serie de "equipos de aterrizaje", esta vez en áreas económicas, incluyendo el Tesoro, el Departamento de Comercio, la oficina a cargo de pequeñas empresas o la Seguridad Social.
De momento, según los portavoces de Trump, no hay un calendario clave sobre la designación de las máximas autoridades de los distintos departamentos del Gobierno.
OBAMA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, subrayaron ayer el valor de la relación transatlántica y del trabajo conjunto en favor de la democracia y las libertades, y confiaron en que el futuro inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, siga esa misma senda. Trump fue una presencia constante en la última rueda de prensa que ofrecieron ayer juntos en Berlín Merkel y Obama, que volvió a Alemania por sexta vez como presidente, a dos meses de dejar el cargo, y reiteró sus elogios al liderazgo de la canciller ante los grandes retos internacionales.
"Si yo fuera de aquí, si fuera alemán, sería su seguidor, le daría mi voto", subrayó Obama para dejar patente su admiración por una mujer que estaba al frente de la primera potencia económica europea cuando él llegó al cargo y que todavía no ha desvelado si se presentará como candidata a una cuarta legislatura. Ninguno de los dos obvió que han tenido momentos "difíciles", en referencia a la tensión desatada tras desvelarse los programas de espionaje estadounidense en suelo alemán, pero optaron por poner en valor la colaboración y los acuerdos alcanzados, confiando siempre en que en el presidente electo de EE.UU. no los haga peligrar.