
Clamor por justicia en Villazón y Uyuni. Con rostros de indignación por el dolor y la impotencia, ayer, dos multitudinarias marchas paralizaron las calles de las dos ciudades fronterizas. En ambas, los pobladores se volcaron a las calles exigiendo “justicia” por dos muertes violentas que han sacudido profundamente a sus comunidades: la de un adolescente de 14 años y la de un director de unidad educativa.
En Villazón, la marcha fue encabezada por el féretro del menor Fisher, cuyo cuerpo fue hallado sin vida tras más de un mes de intensa búsqueda por parte de sus familiares. El hallazgo se produjo en el lecho de un río que divide Bolivia con Argentina, lugar donde —según su padre— también se encontraron restos de una presunta ofrenda ritual.
“Había dos q’oas bien preparadas, un ala de gallina, hilo blanco, cigarros y un aguayo. Yo tengo entendido que lo han usado a mi hijo para una ofrenda para el diablo o para Dios, no sé para qué”, expresó su padre, quien no descarta que Fisher haya sido víctima de un sacrificio.
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), coronel Marco Antonio Dávalos, informó que las investigaciones continúan y que existen posibles sospechosos. Sin embargo, el informe forense preliminar indica que el menor murió por traumatismo encéfalo craneano (TEC) a causa de una caída. La autoridad aclaró que ninguna hipótesis fue descartada. Fisher había desaparecido el pasado 22 de marzo.