El recientemente inaugurado templo de San Clemente fue víctima de un acto vandálico que afectó su infraestructura. Personas desconocidas, amparadas en la oscuridad de la noche, rompieron varios vidrios del recinto sagrado lo que causó preocupación en la comunidad religiosa y en los vecinos de la zona.
Anoche, durante la misa dominical, el padre Mario Fernández, expresó su tristeza y consternación ante la congregación. "Lamentablemente, tengo que informarles esta dolorosa noticia", declaró el sacerdote, visiblemente afectado por el incidente.
Fernández detalló que el ataque se perpetró con piedras de gran tamaño, encontradas dentro de la iglesia, que fueron arrojadas con fuerza suficiente para quebrar los vidrios. "La inseguridad en esta zona es alarmante", denunció el sacerdote y se quejó que el área está frecuentemente ocupada por bebedores consuetudinarios.
El cura también hizo un llamado a la conciencia de aquellos que atentaron contra el templo recordándoles el esfuerzo y el sacrificio que representó su construcción. "Nos costó mucho levantar este templo y es doloroso verlo maltratado", añadió.
Fernández alertó que la inseguridad no solo afecta al templo, sino también a las áreas públicas circundantes, como las plazuelas San Clemente, Los Conciertos y El Radialista, donde la falta de patrullaje policial y de cámaras de seguridad facilita la presencia de personas en estado de ebriedad.
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