Decenas de vecinos de las nuevas áreas de expansión municipal ponen en jaque a las autoridades del ejecutivo y legislativo con distintas demandas, pese a no tributar en Potosí.
Ayer se movilizaron los vecinos de Villa Victoria y Villa Cantería, que aún no son consideradas legalmente en la mancha urbana, pero reclaman proyectos en sus zonas.
Ese es el caso de Villa Victoria. Los vecinos solicitan el reinicio de las obras paralizadas del campo deportivo de la unidad educativa Elizardo Pérez.
Los habitantes, la mayoría mujeres, llegaron al centro de la ciudad en una manifestación ruidosa. Vociferaron estribillos contra el alcalde Jhonny Llally. La marcha degeneró en la toma física de la alcaldía. Decena de mujeres furiosas trataron de ingresar a la alcaldía por la segunda puerta.
La acción fue detenida por el escaso personal de la Policía Urbana. En ese ínterin estalló la violencia. Decenas de furiosas mujeres jalonearon y golpearon a los gendarmes azules, pero no lograron conseguir su propósito.
En respuesta, según denunciaron las señoras, fueron baldeadas con agua e incluso los efectivos de la Intendencia Municipal les habrían arrojado huevos decomisados. También se quejaron de que fueron gasificadas con gas pimienta en spray.
Durante la acción violenta, un asesor del Concejo Municipal fue jaloneado y tumbado al suelo por las mujeres. Los periodistas que grababan estos hechos, o los transnmitían, también fueron atacados cuando las manifestantes se dieron cuenta de que eran filmadas. A Iris Toro, de radio Kollasuyo, alguien la levantó del suelo cuando estaba filmando y, si la agresión no pasó a mayores, fuer porque transmitiía en directo y la gente estaba viendo los abusos. En otro punto de la ciudad, a Oscar Tellez le fue peor, porque llegaron a golpearle. A ambos intentaron quitarles los equipos con los que estaban grabando.
Una mujer de buena presencia que decía ser la presidenta de Villa Victoria, pero que no se identificó, comandaba a las demás mujeres de la zona. La ciudadana, a quien testigos señalaron como la esposa del concejal Alberto Pérez, del MAS, atacó verbalmente al ejecutivo municipal acusándolo de paralizar las obras de la cancha para la unidad educativa Elizardo Pérez.
“Varias veces hemos pedido, pero no le ha dado la gana al alcalde (Jhonny Llally) atendernos. Si no quiere atendernos que se vaya, ahí está un proyecto paralizado. Los niños tienen que pasar educación física, no tienen donde jugar. No le da la gana de atender a esta gente que necesita”, protestó al denunciar que se estaría “parcializando” con los loteadores en la zona.
Por su parte, Juan Carlos Miranda, funcionario de Catastro Urbano, negó las acusaciones y admitió que el proyecto de la cancha se paralizó por un tema administrativo de límites entre Villa Victoria y San Ildefonso.
Explicó que los pobladores de San Ildefonso presentaron documentación de límites agrarios emanado por el INRA. “Esta documentación hace notar una delimitación en la cual este campo deportivo estaría fuera del límite de Villa Victoria. Administrativamente no corresponde a este sector en conflicto y no es que nos estemos parcializando, nosotros tenemos que apegarnos a la normativa”, declaró.
Es decir, que la cancha estaba siendo construida en territorio de San Ildefonso y no así en el área de Villa Victoria. Miranda dijo que no pueden incurrir en la ilegalidad y subrayó que es de conocimiento de la directiva de Villa Victoria. “Aquí, como se dice vulgarmente, ‘los papeles cantan’”, recalcó.
Concejales y prensa retenidos
Otro conflicto en puertas es referido a la ampliación de la mancha urbana. Algunos de los concejales y trabajadores de la prensa fueron retenidos por los vecinos radicales del Distrito 22 que no dieron brazo a torcer hasta que el alcalde se presente.
Los vecinos de Villa Cantería advierten con asumir acciones de hecho para ser escuchados por el ejecutivo municipal y brinde una explicación suscitan sobre el trámite de la ampliación de la mancha urbana.
Ayer, algunos concejales sostuvieron una reunión precisamente para tratar el tema; sin embargo, los miembros del oficialismo y otros no se hicieron presentes. No hubo cuórum.
El presidente de la instancia legislativa, Jhonny Churata, consideró que el mejor camino para resolver los conflictos es el diálogo. Reprochó la violencia que se desató ayer y solicitó al ejecutivo “dar la cara” para resolver los problemas.
Churata afirmó que con la explicación de ayer se calmó los ánimos de los vecinos, pero lamentó que no haya capacidad de información del ejecutivo y deslindó responsabilidad de los concejales que no asistieron.
Por su parte, el dirigente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), Carlos Antonio Ramírez, lamentó que los vecinos del Distrito 22 no están siendo escuchados por el ejecutivo ni el legislativo y deploró la actitud de los concejales que no se hicieron presentes ayer al Concejo Municipal.
El ataque al ejecutivo
La muchedumbre se desbandó por las calles desatando pánico en los transeúntes y paralizó el tráfico vehicular por el centro de la ciudad.
Decenas de furiosas mujeres atacaron al alcalde Jhonny Llally en plena vía pública demandando atención a sus planteamientos. Llally efectuada declaraciones a la prensa en la calle Bustillo esquina Cobija. Ahí, en primer lugar, fue increpado y luego los ánimos caldeados subieron hasta que la autoridad fue jaloneada y vilipendiada.
Los efectivos de la Policía Urbana tuvieron que hacer un cerco en torno a la autoridad ejecutiva para evitar la agresión física hasta que le metieron a un vehículo y escapó de las iracundas mujeres.
Posteriormente, la turba de mujeres corrió detrás del vehículo que se desplazó por la calle Ayacucho desatando pánico entre la gente que transitaba por las calles.
Llegaron hasta el estacionamiento 10 de Noviembre e indirectamente asustaron a los niños y papás que hacía jugar en el pequeño parque. Las mujeres decían que el vehículo de la autoridad ingresó al estacionamiento.
Las mujeres retuvieron a los dueños de vehículos porque no les dejaron salir del estacionamiento. Al final, requisaron auto por auto para dejarlos salir porque decían que el alcalde estaba oculto en alguno de los vehículos.
Este exabrupto fue calificado como una acción beligerante e incluso algunos de los dueños de autos solicitaron proceso por ese atropello.