La empresa Fitch Ratings informó ayer, martes, que ha rebajado la calificación de Bolivia como emisor de deuda a largo plazo de ‘B’ a ‘B-‘, pero además reclasificó la perspectiva de Estable a Negativa.
Según el comunicado de la calificadora, esta decisión se debe a elementos como el déficit fiscal, la caída de las Reservas Internacionales e incertidumbre en torno a la capacidad de las autoridades para gestionar esta situación.
Recordó que Bolivia tenía 15.100 millones de dólares en Reservas Internacionales en 2014 y que ese monto se rebajó a 3.500 millones en febrero de 2023.
Advirtió también que la falta de publicación de datos sobre las Reservas desde febrero y cuestionamientos sobre su utilidad aumentan la incertidumbre sobre las herramientas del Banco Central de Bolivia, para manejar el shock actual.
Fitch consideró poco probable que las medidas destinadas a aumentar las Reservas, incluido un tipo de cambio más alto para los exportadores y la “Ley del Oro”, impacten de manera significativa dado que no abordan los problemas subyacentes de política y confianza. También observó un déficit del 0,6% del PIB en 2022 y proyectó un mayor deterioro en 2023. También previó que el crecimiento se desacelerará este año. Asimismo, indicó que el déficit fiscal del sector público no financiero de Bolivia cayó al 7,1% del PIB en 2022, recuperando su nivel previo a la pandemia, pero las autoridades no apuntan a una mayor reducción.