La institución Aldeas Infantiles SOS cumple 53 años en el país con el compromiso de ayudar a familias a que estén unidas y los niños y niñas crezcan en un ambiente seguro, dentro del núcleo de una familia.
“Nuestros servicios han evolucionado a lo largo de este tiempo, respondiendo a las grandes necesidades de cada época” comentó Dubeiza Sossa Gerente del Programa en Potosí de Aldeas Infantiles SOS, en una nota de prensa. Explicó también que a 53 años en Bolivia se debe trabajar fuertemente en la equidad de género, buscando que niñas y niños crezcan sin la afectación de las brechas de desigualdad y en la salvaguarda infantil que es el corazón del quehacer de la organización. “Cada niña y niño debe sentirse seguro y protegido, amado y respetado y convertirse en la mejor versión de sí mismo” concluyó.
LA ABUELA DELIA
Es mediodía y el sol en Potosí está fuerte, Laura, de ocho años, corre por el camino de tierra que conduce a su casa, tiene el guardapolvo blanco colgando en su hombro, detrás de ella, sus hermanos Pedro (12) y Marco (10) la persiguen. En su casa, la abuela Delia los recibe con un cálido abrazo. En 2019, Potosí se paralizó por un caso de feminicidio que estremeció a la población, como consecuencia, Laura y sus hermanos Pedro y Marco, quedaron en una condición de orfandad caracterizada por el trauma, el duelo y la desprotección. En 2021, La Fiscalía General del Estado de Bolivia reportó 108 feminicidios, de los cuales diez casos se registraron en Potosí. Según el informe del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, en lo que va del año 2022, a nivel nacional, 63 niñas, niños, adolescentes y jóvenes quedaron en situación de orfandad, víctimas del delito de feminicidio.
La abuela Delia tiene 45 años y junto a su esposo asumieron el cuidado de sus tres nietos, desde hace casi tres años, logrando la guarda legal. “Los quiero como a mis hijos, ellos me dicen mami, no me dicen abuelita. No quisiera envejecer para verlos crecer hasta que sean profesionales y cumplan sus sueños”, dice con firmeza la abuela Delia.
El primer año, la situación fue difícil en la familia, la abuela Delia compartía la casa con sus dos hijas mayores que también tenían sus hijos. Con el impulso de la comunidad, la familia recibió el apoyo de la Agencia Estatal de Vivienda para la construcción de dos habitaciones para Laura y sus hermanos Pedro y Marco, así sus condiciones de habitabilidad mejoraron.
La llegada de la pandemia de COVID-19 afectó el desarrollo que tenía la familia, especialmente en el área educativa, pues las clases fueron virtuales y Delia solo tenía un celular. El apoyo oportuno de Aldeas Infantiles SOS, posibilitó que Delia y sus nietos no solo continúen sus clases en la escuela, sino también, accedan a la tecnología y con ella a un sin fin de oportunidades para el desarrollo integral de la familia. Al igual que Laura, Pedro y Marco, otras 26 niñas, niños y sus familias, reciben atención integral en el Servicio de Familias Ampliadas y más de 350 lo hacen en los diferentes servicios que presta de Aldeas Infantiles SOS en Potosí.
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