
La Universidad Autónoma Tomás Frías tendrá nuevo rector desde mañana. Un balotaje definirá al ganador entre dos candidatos que, según se ha visto en la primera vuelta, tienen preferencia marcada en cada uno de los dos estamentos que votan en las elecciones.
Pedro Guido López Cortés, que esta vez irá en la casilla 1, tiene clara preferencia en el estamento docente. En la primera vuelta obtuvo el 44,19 por ciento entre los docentes y el 31,66 % de los estudiantes.
Por su parte, Adrián Montoya Laura, que ocupará la casilla 2, consiguió el 32.06 por ciento del voto docente y el 31,66 de los universitarios.
Si se toma en cuenta que, por las cantidades de persona en ambos estamentos, el voto de un docente equivale al de 50 estudiantes, la elección parecería estar resuelta a favor de López, pero hay que tomar en cuenta los votos que recibió la ex candidata Alcira Ramos Quispe que fueron del 12,31 por ciento de los catedráticos y del 27,24 % de los estudiantes. Frente a la segunda vuelta de mañana, la pregunta es a cuál de los candidatos se volcará esta votación.
Si se aplicara la aritmética simple, López tiene el suficiente caudal votante como para ganar, con apenas una porción de los votos de Ramos. En cambio, Montoya necesitaría que todos los votos que favorecieron a Ramos se vuelquen a su favor, por lo menos para voltear el pastel en el estamento docente. Si así fuera, su porcentaje subiría al 44,37 por ciento y superaría a López.
Pero los resultados no dependerán de especulaciones matemáticas. La política es una característica del debate en la universidad y la tendencia partidaria entre los docentes han cambiado mucho en los últimos años pues el sector de los catedráticos siempre se ha mostrado oficialista. En tiempos de Paz Zamora, el mirismo era mayoría entre los docentes y ahora existen una fuerte presencia del MAS. No se debe olvidar que un catedrático de la universidad fue candidato a alcalde por el partido oficialista.
En las redes se ha especulado sobre el respaldo que la candidatura de López tendría por parte del MAS. De ser así, es poco probable que los votos de los docentes varíen demasiado. Eso significa que el resultado de la votación está en manos de los estudiantes.
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