
Es, con seguridad, la familia más desdichada de Potosí en estos momentos. La abuela, de 63 años, es la única víctima fatal por el coronavirus y ella habría contagiado a otros miembros de su familia, entre ellos sus nietos, dos gemelos, a quienes ahora se acusa de haber llevado la enfermedad a nivel comunitario porque habrían violado la cuarentena para participar en una farra. La madre de estos dos jóvenes, que también dio positivo, asegura que la versión de la fiesta es falsa y denuncia que su familia es víctima de amenazas, al punto que llegaron a anunciarle que quemarían su casa.
"Desde aquí no puedo hacer nada", dice entre lágrimas. Está aislada en el hospital Daniel Bracamonte y, para efectos oficiales, es la paciente 16. Su madre fue sepultada en la tierra, sin tiempo a llorarla lo suficiente, dejando contagiados a otros miembros de su familia. Ella, que tiene 34 años, habría contagiado a sus hijos de 17 años, que son gemelos. Y son estos los que actualmente son motivo de escarnio en las redes sociales.
La versión oficial, proporcionada por el ahora ex responsable de epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Huáscar Alarcón, dice que, pese a ser menores de edad y a la cuarentena, los gemelos salieron de su casa y participaron hasta en tres "farras", diseminando así el coronavirus que, por ese motivo, habría pasado a la etapa de contagio comunitario.
En el diálogo sostenido con El Potosí, la mujer asegura que eso no es cierto y, al enterarse de que esa versión fue difundida en la prensa, llamó varias veces a Alarcón pero este no respondió al celular. Cuando habló con otros funcionarios del Sedes, estos le dijeron que la tergiversación fue obra del ahora exresponsable,
En su versión, el único que salió de su casa, atendiendo la convocatoria de unos amigos que estaban bebiendo, fue uno de los gemelos pero eso ocurrió cuando todavía no sabía que estaban contagiados ya que los resultados tardaron.
A propósito de las sospechas de contagio que recayeron sobre la familia, dijo que, tras la muerte de la paciente 9, la abuela, todos se preocuparon y pidieron que se les haga pruebas a todos pero el personal de salud se negó y respondió con evasivas. Aún ahora, dijo que todavía resta tomar muestras a otras personas que tuvieron contacto con las que ya dieron positivo.
Desde su aislamiento, denunció que los contagiados no son debidamente atendidos, que no reciben su alimentación a tiempo y muchas veces deben almorzar a las 17:00.
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