
El Barcelona conquistó el cielo con una final soñada en la que humilló al Real Madrid (2-5) para coronarse “supercampeón” y sumar su primer título en dos años, con un recital comandado por Yamal y Raphinha en la primera parte, traducido en cuatro goles, que dejó sentenciado un partido loco pese a que los culés acabaron con diez por la expulsión de Szczesny.
Con un juego arrollador y con las estrellas del Real Madrid apagadas, los de Hansi Flick se sobrepusieron al gol tempranero de Mbappé y en poco más de 45 minutos pusieron un histórico 1-5 ante la endeblez de la defensa blanca con el que sellaron una victoria que dejó hundido a su eterno rival.
Pero el primer zarpazo certero lo daría el Real Madrid, con un robo de balón de Vinícius a Casadó para habilitar a Mbappé, que en su galopada con Balde le quebró con una bicicleta y cruzó el balón a Szczesny (1-0).
Fue Yamal el llamado a transformarse en el depredador. De un pase de Lewandowsky y valiéndose del despiste de Mendy, quebró a Tchouameni con un amago, acomodó la pelota a su zurda y la colocó a lo Messi con suavidad al palo izquierdo.
El empate desató al Barcelona, que encerró a Real Madrid y se dispuso a liquidar la final antes del descanso.