Dos bellos goles a la altura del partido más vistoso del planeta fútbol, marcados por Vinicius en el primer acto y De Bruyne en el segundo (1-1), dejaron para el Etihad la resolución de una semifinal de Liga de Campeones en la que Real Madrid reaccionó con poderío a sus momentos de sufrimiento y el Manchester City alejó fantasmas que reaparecieron tras un ejercicio de brillantez.
Solo desde el dominio de la competición, el carácter competitivo, la resilencia y la capacidad de sufrimiento única del Real Madrid en la Champions se puede explicar su triunfo al descanso tras ser sometido y sobrevivir a 25 minutos de exhibición futbolística del City en el Santiago Bernabéu.
Del silencio absoluto en el Bernabéu se pasó a euforia por un error de Rodri. Un pase atrás mal medido, la aparición de Vinícius, el pase de la muerte y Stones salvando el gol de Benzema a puerta vacía. Se había pulsado el botón de encendido. El City lo sintió. El Real Madrid dio el paso al frente esperado y tras una carrera larga de Valverde con centro medido a Karim sin remate del francés de primera, apareció Vinícius para desequilibrar (1-0, a los 36’).