En la primera prueba de fuego del camino hacia su 24º título de Grand Slam, la estadounidense Serena Williams tuvo que remontar un set en contra para derrotar a su compatriota Sloane Stephens en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos.
Williams, de 38 años, enfrentará en los octavos de final a la griega Maria Sakkari, quien la eliminó la semana pasada en esa misma ronda en el torneo Premier de Cincinnati.
Este sábado, en un duelo de antiguas ganadoras del Grand Slam neoyorquino, Williams se impuso a Stephens por 2-6, 6-2 y 6-2 en la cancha Arthur Ashe, la principal de Flushing Meadows.
"Fue intenso, debo decirlo. Siempre tengo que dar lo mejor de mí cuando juego contra Sloane", reconoció Williams tras el juego. "Ella es obviamente una gran jugadora".
Sloane Stephens, campeona del US Open en 2017, consiguió que Williams cediera su primer set en lo que va de torneo, rompiéndole dos veces el servicio en esa manga y cometiendo solo cinco errores no forzados por 13 de su rival.
"Honestamente, creo que ella no cometió ninguna falla en el primer set", dijo Williams.
"En ese momento pensé: 'No quiero perder con dos sets consecutivos", recordó. "Pensé que tenía que ganar un juego y luego otro juego. Y cuando me di cuenta estábamos en el tercer set y me dije: 'Bien".
El potente servicio de Williams (12 'aces' por ninguno de su rival) hizo estragos en Stephens, actual número 39 de WTA, que vio como se le escapaba el segundo set con facilidad.
En la tercera y definitiva manga, Williams consiguió romperle el servicio y situarse 3-1 por delante, encarrilando el triunfo después de una hora y 43 minutos de juego.
Con esta victoria, Williams suma su participación número 18 en los octavos de final del US Open, un torneo que ha conquistado en seis ocasiones: 1999, 2002, 2008, 2012, 2013 y 2014.
Su única derrota antes de los octavos fue en su debut en el torneo, en 1998, cuando cayó ante Irina Spirlea en la tercera ronda.
- Próximo desafío: Sakkari -
Sin espectadores en las gradas del imponente Arthur Ashe por culpa de la pandemia de coronavirus, ninguna de las dos estadounidenses pudo tener este sábado el habitual apoyo de la apasionada afición neoyorquina.
"Yo adoro la multitud, pero esto (US Open) es increíblemente intenso", matizó Williams.
A falta de aficionados, está siendo habitual esta semana que otros tenistas acudan a palcos que se les asignaron para ver los partidos, mientras almuerzan o se concentran para sus juegos.
Este sábado fueron la estadounidense Sofia Kenin y la japonesa Naomi Osaka, dos de las grandes rivales de Williams en la lucha por el título, quienes seguían el partido desde la grada portando mascarilla.
"Es genial que tanto hombres como mujeres tengamos esta oportunidad porque habitualmente es imposible ver estos partidos así de tranquilos. Es interesante, me gusta", dijo Williams.
Su hija Olympia, quien cumplió tres años esta semana en la "burbuja" del Abierto, también estaba en un asiento cercano a la pista.
"Me alegro de que viera a su madre luchar pero, entre nosotros, no creo que estuviera prestando mucha atención", bromeó Williams.
La griega Sakkari será la siguiente rival de la estadounidense en su camino hacia el ansiado 24º título de Grand Slam, con el que igualaría el récord de Margaret Court.
Número 22 de WTA, Sakkari fue capaz de remontarle un set en contra y eliminarla del torneo de Cincinnati por 5-7, 7-6 (7/5) y 6-1 en el torneo de regreso a las pistas de Williams tras el parón por el coronavirus.
"Serena es Serena. Tienes que crear un gran tenis contra ella o no tendrás opción (...) La clave es hacer el partido tan físico como pueda. Es básicamente la táctica que uso contra la mayoría de jugadoras", dijo Sakkari después de eliminar este sábado a la estadounidense Amanda Anisimova por 6-3 y 6-1.
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