
El Liverpool superó al Wolverhampton (1-0) con un tanto del senegalés Sadio Mané y con la ayuda del VAR, que anuló un tanto por un fuera de juego milimétrico al equipo de Nuno Espírito Santo y validó el de los "Rojos" tras descartar una posible mano de Adam Lallana.
La tecnología se decantó por el Liverpool, líder trece puntos por encima del Leicester, y decidió uno de los choques más ásperos que ha vivido en "Anfield" en los últimos tiempos. Después del festival que ofreció ante el Leicester (0-4) en el "Boxing Day", los hombres de Jürgen Klopp tenían que verse las caras con un grupo que solo había perdido un encuentro lejos de su estadio desde el mes de septiembre. Sin duda, se avecinaba un duelo muy áspero.
Y es que las cifras del Wolverhampton lejos de su estadio ofrecían respeto: una derrota a domicilio sobre la bocina frente al Tottenham, tres victorias y seis empates. Unos números respetables para el club dirigido por Nuno Espírito Santo, que también vivió un día festivo entre semana después de superar al poderoso Manchester City (3-2).