
Al mismo lugar donde se le complicaron las semifinales de la Copa de la Liga volverá Chelsea para reclamar la Copa de la Liga. Wembley será el escenario de la batalla entre Manchester City y un Chelsea que remontó a Tottenham (2-1) para acabar certificando su presencia en la primera final del año en la tanda de penaltis.
Los goles de Eden Hazard y N'Golo Kanté para Chelsea y el tanto de Fernando Llorente para los de Mauricio Pochettino certificaron el empate en la eliminatoria tras el 1-0 de la ida.
La tanda de penales, marcada por el acierto total de Chelsea y los fallos de Eric Dier y Lucas Moura, dictó sentencia y mandó a los Blues a la final de un título que no conquistan desde 2015.
Para Tottenham pintaban bastos desde hace días, desde el momento en el que el tobillo de Harry Kane dijo basta, desde que el muslo de Dele Alli no pudo más y desde que Corea del Sur llamó a Heung-min Son para la Copa Asiática. Era un Tottenham en cuadro contra un Chelsea que se permitió el lujo de dejar en el banquillo a Marcos Alonso, junto al flamante fichaje Gonzalo Higuaín, que no llegó a tiempo para el partido.