
Un penal dudoso a la media hora, transformado en gol por el francés Kevin Gameiro, definió ayer el triunfo de Atlético de Madrid, que despachó con altibajos, sin exprimirse y con algunos apuros su duelo contra Deportivo, que tuvo sus momentos, frenados por Jan Oblak o su falta de puntería.
Una victoria contra la presión, ejercida por detrás por Real Madrid y Valencia, con el derbi ya a la vista en el "Santiago Bernabéu", y contra los contratiempos que padece Atlético en los últimos tiempos, ayer domingo con solo trece jugadores del primer equipo disponibles, incluido Diego Costa, en el banquillo.
Con seis bajas entre lesiones y sanciones, con Carlos Isaac como debutante en el lateral derecho, con el dato añadido de que once de los 18 convocados eran jugadores surgidos de la cantera y con la sensación de que también pudo empatar, tuvo más valor el triunfo del Atlético, que enlazó su octava victoria en el Wanda Metropolitano.