
Real Madrid conquistó su décima Supercopa de España, con una autoridad incontestable ante un Barcelona que no despierta de la conmoción de haber perdido a Neymar, superado nuevamente por una primera parte madridista mágica, liderada por Marco Asensio (2-0).
La Supercopa de España plasmó la distancia actual entre dos grandes enemigos. Del estado de gracia del Real Madrid a la impotencia y la desesperación de un Barcelona que nuevamente se vio superado, muy lejos del nivel que exhibe el bloque de Zinedine Zidane con variantes diversas para golpear sin misericordia.
La final se presentaba para el Barcelona como la mejor oportunidad para huir de la depresión y trasladar a su afición un soplo de optimismo tras la fuga de Neymar.
El Bernabéu entró en éxtasis con un golazo de Marco Asensio. Le bastaron cuatro minutos para conseguir lo que Bale aún no ha hecho en toda la pretemporada. De un saque de banda inventó un zurdazo espectacular, con una parábola imparable para Ter Stegen y que provocaba un gesto mayoritario en la grada.