
Bayern Múnich ganó ayer la Supercopa de Alemania al imponerse en la tanda de penales al Borussia Dortmund después de que el tiempo reglamentario había terminado con un empate a dos goles.
Al final se necesitaron seis penaltis por equipo para lograr la definición -en los cinco primeros habían fallado Joshua Kimmich por el Bayern y Sebastian Rode por el Bayern- y el meta bávaro, Sven Ullreich, le paró a Marc Batra el lanzamiento definitivo.
Dortmund le creó problemas al Bayern en el primer cuarto de hora con una presión adelantada que dificultaba la salida de los bávaros y que además llevaría al primer gol del compromiso en el minuto 12.
En el 18 llegó el empate, marcado por Lewandowski.
Después las ocasiones en la primera parte fueron del Bayern, la mejor de ellas un cabezazo de Müller, en el minuto 35.
Sin embargo, después del descanso, el Dortmund mostró una clara recuperación, a base de ganar balones de divididos y de posesión de balón.