
Después de cinco años de tumulto, la polémica decisión de la FIFA de organizar la Copa del Mundo en Rusia y Catar tumbó a otros dos votantes, nada menos que Joseph Blatter y Michel Platini, aunque los anfitriones parecen intocables.
Ningún miembro del comité ejecutivo de la FIFA ha sido castigado directamente por su voto en diciembre de 2010. Y los investigadores no han logrado descubrir pruebas que justifiquen quitar a Rusia y Catar los mundiales de 2018 y 2022, respectivamente.
Pero la votación fue fundamental en las suspensiones de ocho años que la FIFA aplicó el lunes a su presidente Blatter y a Platini, el mandamás de la UEFA.
Las sanciones del comité de ética de la FIFA surgieron de las pesquisas financieras que comenzaron tras la sospechosa votación de 2010, cuando el comité ejecutivo eligió a los dos países al mismo tiempo.
Para Blatter, el fallo del lunes también tuvo una cuota de ironía.