
Con una cara renovada y un sello militar en su preparación, la selección boliviana, con Julio César Baldivieso en el banco, quiere dar batalla y no ser una presa fácil en las eliminatorias del Mundial de Rusia 2018, en las que debutará este jueves ante Uruguay en La Paz.La reivindicación es la meta de la Verde tras la caída por 7-0 ante Argentina en un amistoso en agosto, que se sumó a los problemas que afronta la Federación Boliviana de Fútbol por las denuncias de supuesta corrupción de varios dirigentes, que terminaron presos.Baldivieso hizo un “mea culpa” por la derrota, pero también criticó duramente algunas actitudes de los futbolistas, lo que cayó mal en el capitán Ronald Raldes, del Oriente Petrolero, y Marcelo Martins Moreno, quienes renunciaron a la Verde.Aunque lamentó las decisiones de ambos, Baldivieso indicó que el trabajo no se detendría y, citando el ejemplo de Pep Guardiola en el Bayern Múnich, anunció reglas estrictas para que sus dirigidos estén concentrados y lleguen bien a los entrenamientos y partidos.La preparación incluyó charlas de motivación impartidas por militares del Ejército boliviano, algo que no se había hecho antes.Tras presentar una nómina que pretendía ser definitiva para los partidos ante Uruguay y Ecuador, el técnico Julio César Baldivieso ha hecho ajustes para suplir bajas imprevistas.