
Por Cristóbal Corso Cruz
El Decreto Ley Nº 3128 publicado por el Gobierno de Víctor Paz Estenssoro el 21 de julio de 1952, instituyó el VOTO UNIVERSAL. Antes de ese Decreto, la Ley dejaba al margen del derecho al voto a: Mujeres, campesinos analfabetos, pobres que eran la mayoría del Estado boliviano.
Elecciones del año 1916; en la ciudad de Potosí, funcionaba una mesa inscriptora en un quiosco de la Plaza “10 de noviembre”, los domingos desde horas 13.00 hasta las 16.00, inscripciones realizadas a los ciudadanos durante un mes.
La convocatoria a las elecciones se hacía conocer mediante un Bando Público. En las primeras décadas, no se conocía la radio o televisión, por lo tanto dicha Convocatoria se emitía al pueblo, dando lectura en voz alta por el Secretario de la Prefectura, en las cuatro esquinas de la Plaza “10 de Noviembre” y seguidamente en las calles más concurridas, el recorrido era similar a una farándula, con una banda de músicos alegres.
Las campañas electorales; los “candidatos” se movilizaban visitando talleres de artesanos, empresas y pueblo, los recorridos eran por barrios populares entregando boletines con ofertas tentadoras. Para obtener más votos, los activistas de cada partido enseñaban a firmar a los analfabetos, como una prueba de que al momento de votar, sabían leer y escribir.
El acto electoral, se instalaba a las 8.30 de la mañana, las mesas de sufragio en la Plaza Mayor, los activistas de cada partido se hacían amables y atentos con los que pasaban por el lugar; continuaban las arengas y grandilocuentes discursos de los candidatos que ofrecían al pueblo el “paraíso terrenal”.
El día de las elecciones, con mucho disimulo, los activistas de cada partido político, invitaban a pasar a los ciudadanos a una cantina que era la “casa de campaña”, allí estaban esperando turriles de chicha, botellas con ratafía y singani, no faltaban platos de conejo, gallina y costillares que el candidato mandó a preparar sin reparar gastos. Algunos ciudadanos electores “caraduras”, luego de haber recibido el buen trato del candidato, al rato se trasladaban al otro campamento enemigo, para repetir el festín y las libaciones sin menor vergüenza.
Luego, aproximadamente a la una de la tarde, comenzaba el sufragio; los ciudadanos emitían sus votos hasta tres veces, primero con identidad propia, luego falsificando su nombre y por último utilizando el nombre de un pariente fallecido; a consecuencia ocurrían disputas, reclamos y peleas con los tribunales electorales en las mesas de sufragio.
Muchos actos de vandalismo ocurrieron en las calles, entre “politiqueros”, Liberales y Republicanos, a veces con incendios, peleas, pedradas y bastonazos. Para poner orden a las turbas en peleas campales, llegaba un “Pelotón de la Policía Montada”, descargando tiros de fogueo, hasta dispersar a los peleoneros. Así eran las elecciones en el pasado, es parte de la historia de nuestra tierra potosina.
* Cristóbal Corso Cruz es presidente de la Sociedad Geográfica y de historia “Potosí”
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