Sin ser jubileo, la imagen del Señor de la Vera Cruz salió a las calles potosinas ayer, aunque la procesión fue muy distinta a todas las de su historia de 470 años: no hubo concentraciones de personas y el recorrido fue a bordo de un automóvil.
Fue una procesión sobre cuatro ruedas y, aunque la imagen que salió a las calles era, en realidad, una réplica de la que se encuentra en el altar principal del templo de San Francisco, la fe y religiosidad de los potosinos se expresó sin tapujos.
La procesión fue, más bien, una larga caravana de vehículos que fue creciendo en longitud a medida que avanzaba. Durante el trayecto, muchas personas salían de sus casas a recibir la bendición del guardián de San Francisco, Octavio Huanca. Pese a ello, en ningún momento se produjo aglomeraciones.
La caravana pasó por lugares en los que existen enfermos con coronavirus; es decir, los centros covid de la CNS, del estadio “Víctor Agustín Ugarte” y del Sedeges. También pasó por el asilo San Roque donde la mayoría de los ancianos contagiados venció a la enfermedad.
A su paso, fue brindando esperanza y, fundamentalmente, sumó la espiritualidad de los potosinos que, por lo menos en la transmisión que El Potosí llevó a los hogares de la Villa Imperial, oraban porque cese la pandemia.
Aquí le contamos su historia:
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