La comunidad de la parroquia de San Pedro le puso punto final a la Navidad con su tradicional “adoración” al Niño Jesús que se realizó el domingo, en coincidencia con la celebración del bautismo del Señor.
La “adoración” no es una actitud de idolatría, como insisten los que profesan otras religiones, sino que es el denominativo que se da a los bailes ofrecidos al Niño Jesús y que son tradicionales de la zona andina. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los “wachikis”, saltarines y buñueleros.
La parroquia de San Pedro se ha hecho famosa por preservar los bailes tradicionales que ya son considerados un espectáculo digno de ofrecerse para el turismo. Por eso mismo, se sugirió que estos sean repuestos el sábado, pero ya con el cobro de entradas con el fin de recaudar fondos para los trabajos de emergencia en el templo.