
La invasión turca del norte de Siria cumplió su primera semana con el factor añadido del despliegue de las fuerzas del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, con apoyo de los rusos, y las milicias kurdosirias resistiendo la embestida, en medio de combates que la ONU llamó a detener.
El enviado de la ONU para Siria, el noruego Geir Pedersen, realizó ayer su primera visita al país desde el inicio de la ofensiva lanzada por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
En Damasco el representante noruego se reunió con el ministro de Exteriores sirio, Walid al Mualem, e insistió en la necesidad de detener los combates "inmediatamente", establecer un cese de las hostilidades y optar por una solución política para atajar la "crisis" en el noreste.
El alto el fuego es una de las cuestiones que estarán encima de la mesa hoy en un encuentro del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y del secretario de Estado, Mike Pompeo, con Erdogan en Ankara.
Tras llegar esta semana a un acuerdo con los kurdos, las tropas de Al Asad y su aliada Rusia fueron avanzando y ayer entraron a la ciudad estratégica de Kobane, en la frontera con Turquía.
Kino Gabriel, portavoz militar de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza liderada por kurdos que es blanco de la ofensiva de Ankara, indicó que las tropas sirias y rusas entraron a la ciudad de Ain al Arab (Kobane en kurdo).
Una fuente militar siria confirmó que unidades del Ejército, acompañadas por la Policía militar rusa, penetraron en esa localidad, después de que las fuerzas estadounidenses abandonaran sus bases y destruyeran sus sedes.
También el portavoz de la coalición internacional, el coronel Myles B. Caggins III, dijo en su cuenta de Twitter que las unidades estadounidenses se retiraron de la base de Lafarge, entre Kobane y Ain Issa y una de las principales de EE.UU., así como de Tabqa y Al Raqa.
Erdogan había manifestado esta semana su intención de tomar Kobane, una ciudad que entraría dentro de la denominada zona de seguridad que el presidente turco quiere establecer con el fin de reasentar a dos millones de sirios que se refugiaron en Turquía desde el inicio de la guerra, en 2011.
Sin embargo ayer afirmó: "No estamos interesados en el interior de Kobane. Pero, según se den las cosas, podríamos intervenir".
Entretanto, las FSD informaron que los combates continúan en Ras al Ain, una de las poblaciones fronterizas por las que Turquía comenzó la invasión y que fueron objeto de enfrentamientos desde el primer día.
Según las FSD, en los combates de ayer murieron 18 miembros de esas milicias y 60 insurrectos proturcos.
La Media Luna Roja kurda y la Media Luna Roja Internacional registraron al menos 42 civiles muertos desde el inicio de la campaña turca, aunque cree que el número puede ser mayor dado que solo documentan los casos que tratan en sus hospitales.