“En vela”: así estuvieron los conjurados que habían preparado el alzamiento del 10 de Noviembre de 1810 luego de ser visitados por emisarios de los revolucionarios de Chuquisaca.
El acuerdo alcanzado con los emisarios fue de deponer a las autoridades realistas y se vio que el momento había llegado al saberse que un ejército comandado por Juan José Castelli llegaba desde Buenos Aires y ya había derrotado a los realistas en Suipacha, el 7 de noviembre.
El historiador Luis Subieta Sagárnaga refirió así las horas previas al alzamiento:
“Don Manuel Molina, D. Melchor Daza, D. Mariano Subieta y otros adscritos a la 'Junta Patriótica', de acuerdo con algunos conjurados, lograron reunir un respetable grupo de patriotas, en el que no faltaron algunas señoras y sacerdotes que prestaron apoyo y estímulo con su palabra y su presencia a los miembros de la junta.
“La reunión se llevó a cabo sigilosamente a altas horas de la noche del 9 de noviembre, en el ingenio del azoguero Zamudio, donde se prestó el juramento ante el presbítero Nogales, que presidió el acto, de amotinar al pueblo, deponer a las autoridades y apoyar a la Junta de Gobierno de Buenos Aires y el ejército de Castelli.
“Pasaron la noche en vela dando a conocer lo acordado a los principales obreros, incluyentes en la masa popular para que cada uno, con el mayor número posible de adeptos a la causa de la libertad, se presenten en la Plaza del Regocijo en las primeras horas de la mañana del 10, los principales miembros de la ‘Junta Patriótica’, tales como D. Salvador Matos, los hermanos Manuel y Mariano Millares, Alejo Nogales, Diego Barrenechea, Manuel Toro, Mariano Orosco, Pedro Costas, daza, Subieta, Molina, Zamudio, los Téllez (madre e hijos), los Montoya, etc.”.
Lo siguiente, entonces, fue el alzamiento.
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